martes, 19 de abril de 2011

Colgado de tu cuello un sábado de lluvia a las 5 de la tarde.

Sabe Dios cómo me cuesta dejarte.
Y te miro mientras duermes, más no voy a despertarte.
Es que hoy se me agotó la esperanza.
Porque con los que nos queda de nosotros ya no alcanza ♪

No hay comentarios:

Publicar un comentario